"Día a Día" - Martes 02 de junio de 2009
El debate tuvo dos críticos y una defensora
El debate se realizó en el Hotel Sheraton, y fue organizado por el Colegio Universitario de Periodismo, Radio Shopping y Latin ADV, y contó con la adhesión de Día a Día.
Arrancó el radical, señalando: “En Argentina hay más discusión que debate. Es un país sin hoja de ruta, sin rumbo, sin destino, que expulsa las inversiones. Un país rico con gente pobre”. Fortuna remachó diciendo que se discute “el agotamiento de una forma de hacer política que ha estado basada en la confrontación”. Acusando el impacto, Nebreda reconoció que “hay formas que cambiar, pero no los fondos”.
Y fue el momento de la primera pregunta del panel de “notables”. Rafael Velazco, rector de la Universidad Católica, preguntó por la reforma política. “Es necesaria una reforma para que el Ejecutivo no se apodere de los otros poderes”, señaló Aguad, apuntando contra las sumatorias al decir que “era una obligación moral respetar la reforma política de Córdoba”. Fortuna acusó recibo, pero señaló que “la intención es llevar esa reforma política a la Nación”. La gremialista docente respondió que “la banalización de la política busca debilitar los partidos para poder manejarlos sin democracia interna”.
No fue la única pregunta de tinte político. También se cuestionó las reestatizaciones, a las que el radical consideró “el gran antídoto contra las inversiones”. Fortuna, por su parte, señaló que “perjudican el desarrollo y la transparencia política y no promocionan la inversión”.
Respetando la tónica del debate, lógicamente fue Nebreda quien las defendió, afirmando que “Aerolíneas, Aysa y el Área Material Córdoba en manos del Estado fueron grandes aciertos del Gobierno”.
Cuando fueron consultados por el estilo confrontativo, Aguad fue incisivo: “Todo lo que sea para dividir, no sirve”. Pero a la vez se mostró confiado en que “después de la elección el Parlamento va a marcar el rumbo del país, en un escenario de acuerdo nacional”. Fortuna también abogó por una “concertación”, y Nebreda prefirió torcer la discusión hacia la “inclusión” y la “distribución de la riqueza”.
El radical cuestionó la discrecionalidad en el manejo de los fondos del Anses, señalando que “los jubilados están financiando los votos del Gran Buenos Aires y el déficit primario del país”. Sobre ese mismo tema, Fortuna apuntó que “genera incertidumbre y poca previsibilidad”, instando a que se “formalicen prioridades para la manera de adjudicar esos fondos”.
Nebreda, claro está, lo vio distinto: “Para los trabajadores fue un gran logro recuperar las jubilaciones y no está mal que esos fondos se destinen a viviendas y no a las inversiones off shore que tenían las AFJP”.
Los tres participantes coincidieron en la necesidad de una nueva Ley de Educación Superior.
Impuestos y confianza. La agenda económica ingresó a la discusión, de la mano de Oscar Guardianelli (UIC) y Carlos Escalera (Bolsa de Comercio). Aguad se reconoció pesimista sobre la posibilidad de que el Gobierno acceda a bajar la presión impositiva, a la que luego Fortuna estimó en un 30 por ciento. Nebreda pidió discutir lo que corresponde a Córdoba, pero “en un país integrado”.
Los tres coincidieron a la hora de remarcar la necesidad de una ley de aseguradoras de riesgo de trabajo, para dar más seguridad a las empresas. Sobre la seguridad jurídica para atraer inversiones, Aguad señaló que “no hay posibilidad de generar nada cuando hay pérdida de confianza”. Fortuna consideró que la desconfianza “tiene otro cariz distinto al de 2001”, y pidió “cambiar el estilo de gobernar para incentivar el aparato productivo”. Nebreda criticó la crisis de confianza, y llamó al “empresariado nacional a invertir en el país”.
Preguntas verdes. En medio del debate aparecieron las preguntas ambientales, lanzadas por Raúl Montenegro, de Funam, quien pretendía que los postulantes marcaran posición sobre temáticas. Preguntó por la explotación de minería a cielo abierto y los acuerdos con Chile en esta materia. Consultó por la refuncionalización de la Central Atómica de Embalse por 25 años más y la construcción de una nueva central. Pidió que fijaran posición acerca del veto a la ley de glaciares y a la necesidad de una ley de bosques.
Tal vez con la guardia baja, los candidatos trataron de acomodar el cuerpo. Hasta la propia Nebreda cuestionó el veto de Cristina a la ley de glaciares, pero de paso aprovechó para apuntar contra el monocultivo de soja y los efectos del glifosato.
Así se fue el primer debate. Con críticas y con defensas. Con un buen ejercicio democrático.
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